Un biopolímero es una cadena larga de moléculas (polímero) que se origina de fuentes naturales o renovables como plantas, animales o microorganismos. Algunos ejemplos comunes incluyen la celulosa (proveniente de plantas), el almidón (extraído del maíz o la papa), proteínas como la gelatina o la caseína, y el ácido poliláctico (PLA). En resumen, su origen es biológico o natural. Sin embargo, es importante destacar que un biopolímero puede ser o no biodegradable.
Por su parte, el bioplástico es un subconjunto específico de biopolímeros utilizados en la fabricación de productos plásticos.
Un material biodegradable es aquel que puede descomponerse naturalmente en el ambiente gracias a la acción de microorganismos como bacterias y hongos. Algunos ejemplos son el papel, los residuos orgánicos y ciertos plásticos biodegradables. Aquí, lo relevante es que su destino final es ecológico, más allá de si su origen es natural o sintético. Es decir, un material biodegradable puede no ser natural.
Diferencias clave entre biopolímero y biodegradable
- El origen del biopolímero es natural o renovable, mientras que un material biodegradable puede ser tanto natural como sintético.
- Un biopolímero puede o no ser biodegradable, pero un material biodegradable sí se descompone en la naturaleza.
- Un ejemplo de biopolímero común es el ácido poliláctico (PLA), mientras que ejemplos de materiales biodegradables incluyen bolsas compostables y papel.
Ejemplos cotidianos de empaques y productos
- Bolsas compostables de maíz (PLA): Sí son biopolímeros y sí son biodegradables. Están hechas con ácido poliláctico, el cual se descompone bajo condiciones de compostaje industrial.
- Bolsas “oxobiodegradables” de petróleo: No son biopolímeros y su biodegradabilidad es parcial. Están compuestas por plástico convencional con aditivos que las fragmentan, pero no se degradan completamente ni de forma ecológica.
- Envases de cartón con cera de soya: Son tanto biopolímeros como biodegradables. El cartón y la cera vegetal permiten que el empaque sea completamente compostable.
- Botellas PET recicladas: No son biopolímeros ni biodegradables. Aunque son reciclables, están hechas de plástico derivado del petróleo.
- Cubiertos de almidón de maíz: Sí son biopolímeros y biodegradables, siempre que se compostan adecuadamente.
- Empaques de espuma de poliestireno (icopor): No son biopolímeros ni biodegradables. Son derivados del petróleo y altamente contaminantes.
En resumen, no todo lo biodegradable es natural, y no todo lo natural se biodegrada fácilmente en la naturaleza sin las condiciones adecuadas, como en un compostaje industrial.
Riduco de la mano con la sostenibilidad
Nuestra empresa cuenta con una larga trayectoria en la transformación de plástico mediante el proceso de inyección, lo que nos ha posicionado como una compañía líder a nivel nacional. En línea con las tendencias del mercado y gracias al trabajo de nuestro equipo de innovación, en 2018 nos planteamos el proyecto “Desarrollo y aplicación de materiales biodegradables en productos inyectados”.
Con ese objetivo, comenzamos a investigar sobre el desarrollo de materiales biodegradables a nivel mundial. Queríamos aplicar este tipo de polímeros en nuestros productos y así proponer desarrollos que contribuyan con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Prototipamos diversas resinas biodegradables provenientes de distintas partes del mundo, evaluando sus características técnicas y su manejo durante la transformación. Además, implementamos un cultivo de compostaje en nuestra planta para analizar el comportamiento real de los polímeros en un entorno de descomposición. Así pudimos comparar los resultados reales frente a los certificados de los proveedores y determinar cuáles biopolímeros se descomponen más rápidamente según su componente de biomasa.
Las resinas biobasadas, una familia de resinas biodegradables, demostraron ser una alternativa cuya degradación comienza en pocos meses cuando entran en un medio de compostaje. Esto las hace especialmente útiles para productos de un solo uso y ciclo corto.
Una de nuestras investigaciones más prometedoras fue el desarrollo con avoplast, una resina basada en biopolímeros provenientes de la semilla de aguacate. Los resultados fueron muy positivos para su aplicación en productos inyectados.
Gracias a la iniciativa de nuestra Gerente Técnica, Dra. Irene Rivas, propusimos a nuestro cliente Buencafé Liofilizado realizar pruebas piloto en las tapas de sus frascos de café. Hoy, esta propuesta se ha materializado en un prototipo presentado por el cliente, fruto de la sinergia entre Riduco y Biofase, los desarrolladores de esta resina.
Con esta propuesta buscamos apoyar el medio ambiente, reducir nuestra huella ambiental y ofrecer una solución sostenible en la producción de productos ecológicos.
Equipo de Innovación RIDUCO:
- Dra. Irene Rivas, Gerente Técnica
- Ing. Esp. Migdonia Solis, Directora de Ingeniería
- Ing. Esp. Fabian Ospina, Jefe de Producción
Riduco, comprometidos con nuestros clientes y con el medio ambiente.